HACIA EL CRECIMIENTO DEMOGRAFICO+
El estudio se centró en 3110 familias panameñas en las cuales tanto la madre como el padre fueron diagnosticados con Alzheimer, la forma más común de demencia entre los adultos mayores, y luego en la evaluación del riesgo de sus hijos de padecer la dolencia.
De los 98 hombres y mujeres que tenían al menos 70 años, 41 de ellos (cerca del 42 por ciento) desarrollaron enfermedad de Alzheimer, hallaron los investigadores centroamericanos- "Eso es mucho más de lo esperado en la población en general de esa franja etaria", señaló durante una entrevista telefónica el doctor Thomas Bird, que participó del estudio.
En la población general, el riesgo de sufrir la enfermedad comienza a aumentar cerca de los 65 años.
Según los expertos, después de esa edad, la cantidad de personas que tienen Alzheimer se duplica cada cinco años.
Pero alrededor de dos tercios de los hijos adultos que participaron del estudio aún no habían alcanzado los 70 años.
Teniendo en cuenta al total de 297 participantes de esa cohorte de hijos, más allá de la edad, el 23 por ciento ya había sido diagnosticado con Alzheimer.
La edad promedio al momento de la detección de la enfermedad era 66 años, reveló el equipo.
"Creo que esto confirma que hay un fuerte componente genético en la enfermedad y eso no nos sorprende", señaló Bird, cuyo estudio fue publicado en Archives of Neurology de Nueva York.
El equipo ha estado trabajando en esta investigación durante dos décadas y pretende continuar por al menos 10 años más.
Bird aclaró que el estudio no examina a las personas que tienen un padre, sino ambos, com la enfermedad.
En las personas con Alzheimer, el tejido cerebral saludable se degenera y produce un deterioro inevitable en la memoria y la capacidad mental. El tiempo promedio entre el diagnóstico y la muerte en esos pacientes es de alrededor de ocho años.
Las demencias frontotemporales, denominadas con frecuencia enfermedad de Pick, ocurren por herencia familiar y generalmente como casos espo-rádicos.
Neuropatológicamente se caracterizan por una marcada atrofia circunscripta de los lóbulos frontal y temporal de la corteza cerebral, y con frecuencia presentan cambios sub-corticales adicionales.
El Dr. Ignacio Brusco, neurólogo y psiquiatra argentino, especialista en esta temática, ha recalcado que el síntoma más claro de la DA es el deterioro de la capacidad cognitiva como resultado de la destrucción neuronal.
Este año se llevarán a cabo en Argentina las XII jornadas nacionales sobre esta enfermedad.